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Personalismo y transversalidad política: Un análisis empírico a los resultados obtenidos en las elecciones municipales y regionales del 2014. El caso de Solidaridad Nacional en veinte distritos de Lima Metropolitana.

Los partidos peruanos son tan personalistas que las marcas partidarias no existen más allá de la imagen del líder - Steven Levitsky

Este artículo forma parte de las conclusiones de un trabajo de investigación que lleva el mismo título que este artículo

Bryan Elesbán Prada Pazo

Publicado: 2015-12-18


Solidaridad Nacional ha sabido sobrellevar sus éxitos y fracasos electorales en diversos ámbitos de participación de lo público, pero no ha sabido constituirse orgánicamente para poder canalizar el fuerte arraigo y aceptación que ha tenido la figura personalista de Castañeda Lossio en el electorado limeño. Quizá solo esté sobreviviendo por los dotes de partido franquicia que tiene y eso le permite siempre ser un atractivo para los nuevos rostros de la política o quienes desean incurrir en ella con la certeza de obtener el éxito, sin necesidad de hacer carrera política dentro del partido que le arrendó sus activos y pasivos, sino teniendo la libertad de decidir mantener la lealtad y la relación patronal entre sí o buscar algo mejor según sus propias convicciones e intereses

Es ese quizá el principal punto débil que tiene Solidaridad Nacional, el de ser un arrendatario de candidaturas y no formar cuadros partidarios, que puedan seguir teniendo esa constante de éxito pero a la vez que le aseguren, a futuro, una consolidación orgánica y posicionamiento estratégico en las discusiones políticas, no solo de la capital, sino a nivel nacional. Esto conlleva al riesgo de debilitar o perder el protagonismo de ciertos actores personalistas y líderes del partido, con la aparición de nuevos rostros y quizá, mejor preparados que hayan comprendido la vía más factible de seguir en la carrera política y asegurar ello por tiempos, en los cuales sigan siendo coherentes en el discurso “anti-partido”. Es un factor que debe ir acompañado por equipo de trabajo muy comprometido a sustituir las carencias del líder y exacerbar sus capacidades y logros políticos.

Sus candidatos siempre tienen que seguir la campaña de principio a fin sin el acompañamiento en acción de su líder político. Es Castañeda Lossio, quien ha evidenciado en este proceso electoral del 2014, que ha priorizado los pasivos y activos de su candidatura al sillón municipal y no se ha dado abasto para acompañar a sus candidatos distritales y esto ha sido importante, debido a que podrían haber obtenido un mejor resultado en algunos distritos, si es que Castañeda Lossio los hubiera acompañado y caminado con ellos, "avalando candidaturas" . Esto muestra la excesiva confianza que tiene Castañeda Lossio sobre lo obtenido hasta el momento como partido que le brinda cierta tranquilidad y dote de confianza electoral, acompañada de la calidad política o no que tienen sus candidatos temporalizados, sin muchas veces mirar la calidad de carrera política que han hecho hasta el momento y en caso de ser nuevos en el asunto, no habrá nada qué pensar y serán adheridos a ese discurso anti-partido o anti-político tradicional, que ha sido y es uno de sus pilares "programáticos".

No se trabaja a nivel de bases partidarias y por ende, el candidato distrital es acompañado por sus leales y casi siempre son ellos los propios financistas de sus campañas electorales. Un partido como Solidaridad Nacional, prioriza su institucionalización a niveles macros y “asegura” sus cargos distritales o regionales con figuras emblemáticas que cuentan con un respaldo eficiente en la gestión pública, figura representativa fuera de la política y obviamente, que no se enmarque en una ideología determinada. No se ha sabido hasta el momento que entre sus candidatos distritales y regionales, haya existido un punto significativo en el cual se comulgue a nivel partidario en el sentido de programación política, social, económica o de otros puntos de agenda.

El personalismo puede ser peor que la enfermedad

Si bien es cierto los tiempos modernos, alejados de los cuadros partidarios y líderes de los partidos políticos, la acción de la política y lo político, se ha personalizado en el sentido estricto de la búsqueda del líder redentor o que sea alguien en quien podamos ver reflejados nuestros sinsabores, ver en él lo que nosotros también haríamos por los demás y la manera en la que se enfrenta a los clásicos políticos, es algo que suma para la consolidación de la figura personalista de alguien que cumpla con esos requisitos, si esta figura personalista llega a su consolidación y no es bien entendida por parte del líder personalizado, se creerá la persona más idónea para ir cometiendo excesos de confianza, sin tener abierta la posibilidad de debatir puntos de interés público o incluso creer que él es el partido y el partido se debe a él. 

Esto es la consecuencia de muchos factores, el de no contar con reglas claras y generales representadas en cada uno de sus miembros, la fuerte injerencia que tiene el grupo de leales sobre las decisiones partidarias, la dejadez en la decisión de formar un partido en el sentido orgánico y operativo, entre tantos más. El que se haya exacerbado la figura de Castañeda Lossio, ha hecho que el accionar de los activos y pasivos con los que convive Solidaridad Nacional, se basen los mismos activos y pasivos que tiene Castañeda Lossio como actor político y que lo indefendible se haga defendible tan solo por creer que es algo en contra del partido y no se halle un punto de distinción entre la persona y la esencia partidaria.

Una figura personalista y que tiene arraigo en la población, hasta cierto punto, es saludable para que el partido siga teniendo protagonismo y que sus militantes y simpatizantes sean más aficionados e "hinchas" antes de estar por sus convicciones y capacidades de aportar directamente al desarrollo y consolidación en el tiempo de la organización partidaria.

Solidaridad Nacional depende netamente de la figura de Castañeda Lossio quien al parecer, es un defensor de la política sin identidades firmes y sin posiciones definidas, de banderas programáticas coyunturales y alejadas de toda propuesta institucional y consistente en el quehacer del sistema de partidos.

En las fronteras de lo paradigmático

El concepto de partidos políticos en la era moderna, ha quedado en el pasado, ha quedado atrás junto a ellos mismos. En su momento no supieron canalizar las demandas más allá de la desaparición o no de los grupos sociales a los que ellos se adherían para poder tomar protagonismo e influir en lo público y en las decisiones políticas de agenda e interés nacional. Ese fue el primer examen que pasaron y desaprobaron los partidos políticos. 

Luego viene la etapa más crítica por la que los partidos políticos pasan y era un devenir, que ya era profetizado desde que se empezaron a ver sus falencias y desinterés por corregirlas.

 En el régimen Fujimorista, los partidos políticos no supieron reponerse del duro golpe que habían sufrido en el discurso y en la praxis de la nueva y pragmática funcionalidad partidaria. Se agudiza más aún en el período en el que se da el autogolpe por parte de Fujimori (5 de abril de 1992), en donde se desconoce y vulnera todo tipo de esencia de lo que aún podía quedar de la tan debilitada democracia sin partidos. Después de doce años de haber sido devuelto el poder a los civiles por parte de los militares, Fujimori actúo como todo dictador totalitario que debía tener el control de todo para que las cosas cambien y sea consecuente en sus actos para tener el compromiso de haber cumplido con lo que ofrecía en su discurso electoral (desafección partidaria = desconfianza en los partidos, fue el principal factor condicionante a la situación)

Con una inexplicable aprobación por parte del país hacia Fujimori (71% de la población aprobaba la disolución del Congreso y el 89% apoyaba la reestructuración del Poder Judicial) , junto con toda esperanza de recuperar de inmediato la calidad democrática en el Perú, los partidos políticos tenían las condiciones necesarias para poder revertir la situación en las que habían sido colocados y de ser necesario, hubieran hecho más por una clara y fuerte oposición frente a estos excesos de poder. Pero no, otra vez no supieron qué hacer o si lo hicieron, no fue de la manera en la que se debió dar. Volvieron a justificar todo lo que en torno a ellos gira y dejaron de ser portadores de lo paradigmático para la Ciencia Política: Para el pleno desarrollo y convivencia de una democracia, es parte fundamental la existencia de fuertes partidos políticos.

Los partidos políticos cumplen el rol fundamental en todas las sociedades altamente democráticas, todos pensaron que en su debilitamiento o desaparición, el sistema democrático en el Perú no iba funcionar de la misma manera. Se equivocaron y el sistema de partidos ha tomado, paradójicamente, un mayor protagonismo y acogida en la sociedad. Ahora existen infinidades de "partidos políticos" organizativa u operativamente correctos o no, pero ya van institucionalizando las reglas no escritas de la política electoral (Leer: Coaliciones de Independientes. Las reglas no escritas de la política electoral. Del politólogo Mauricio Zavaleta).

Los partidos políticos fueron reemplazados por sustitutos partidarios que sumaron diversos aspectos de la vida diaria para poder mantener la maquinaria partidaria a costa de capitales financieros y consolidaron las reglas no escritas de la política electoral y viven a la sombras de la "política informal" o "desagregación partidaria".

Entendido en el sentido paradigmático, los partidos políticos fueron reemplazados por un nuevo paradigma que se propuso a convivir con ellos, que se propuso a tomar las riendas de las demandas nacionales y constituyendo así, el nuevo paradigma de las temporalidades y oportunidades de las elecciones política peruanas. Estos nuevos partidos políticos, en el sentido operativo, han sido el conjunto de unidades que pudieron sustituir a la de los partidos políticos en un mismo contexto cumpliendo la misma función, en lo ideal, pero que se alejaron de toda práctica redentora y pocos han sido los que tomaron la decisión de institucionalizarse para seguir siendo lo que pensaron en sus albores y haber capitalizado las demandas temporales.

Sigue siendo necesaria la formulación y desarrollo de nuevos puntos sobre la agenda de investigación respecto al tratado y entendimiento de las dinámicas políticas a nivel local, regional y nacional, respecto a específicos partidos políticos que hayan tenido cierto protagonismo o sigan conservándolo en los nuevos tiempos. Este trabajo ha intentado poner de manifiesto la situación por la que atraviesa Solidaridad Nacional en cada proceso electoral al que se presenta, la manera en la que se esperan los resultados y la relación que existe entre sus candidatos respecto a la cabeza del movimiento y el movimiento en sí.

 Se puntualiza en un nuevo concepto, todo aquel conjunto de formas apartidarias que aquejan a nuestros nuevos partidos, esas formas tan alejadas de estigmatizarse con alguna ideología política o de formular un eje programático, sino por el contrario hacer un corte transversal y posicionarse al otro lado del status quo dentro del sistema de partidos (Transversalidad Política) e ir en contra de toda regla de la Ciencia Política en el clásico concepto y percepción de un partido político para el desarrollo de una plena, consistente y real convivencia democrática.


Escrito por

Bryan Elesban Prada Pazo

Politólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos- Lima- Perú.


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